La influencia que ejerce la televisión sobre el
televidente es cada vez mayor. Unos proponen historias de ficción basadas en
hechos reales de gran impacto en la sociedad y otros ponen al descubierto la
vida privada de un número que sobrepasa las 10 personas que intentan vivir lo
más normal posible, actuando y, como se dice coloquialmente, “sudándola toda”,
para poder obtener un premio que a la final no es nada comparado con todo lo
que tienen que pasar para llegar a su meta. Quizás las intenciones de estos
realizadores no sean malas, o por lo menos no las identifico en uno de los
canales privados de este país que tiene gran relevancia en nuestra televisión.
Caracol TV, en la franja Prime,
propone una serie llamada “Escobar, el patrón del mal” que cuenta, o intenta
contar en su mayoría, los hechos que este personaje atroz, le causó a la
sociedad colombiana en su tiempo de furor. Una serie que fue construía a raíz
de sucesos que marcaron la vida a muchas personas y que puede dejar un rastro
de memoria, algo que estamos perdiendo con el tiempo y cada vez más, algunos
fragmentos de historia que nos
fundamenta hoy en día y nos define lo que somos. No encuentro la razón para
poder afirmar en este texto, el porqué a nosotros los colombianos nos encanta el
amarillismo y la violencia, criticar a las personas, burlarnos de sus
desdichas, observar y juzgar sus vidas privadas. Para este caso, el reality que se está presentando en esta
misma franja, en el canal RCN llamado “Protagonistas de nuestra tele” un
programa que muestra una competencia “en vida real” sobre lo que pasa con unas
personas que están en convivencia en una casa que lo pone todo al descubierto.
El morbo es algo que nos llama mucho la atención y por eso los niveles de rating de este programa ha tenido picos
tan altos, nunca antes alcanzados por otros.
Consiente o inconscientemente, estos programas dejan
algún tipo de enseñanza en nosotros. Si estos programas son vistos por niños
que están al lado de un adulto responsable que pueda enseñarles y explicarles
muchas cosas sobre lo que están viendo. Aprenderá de lo que está pasando en esa
“caja mágica” que llamábamos de niños. Si estos infantes se atreven a ver esto
sin compañía alguna, el mensaje que es transmitido, posiblemente y lo más
seguro, es que lo capte de una manera incorrecta, provocando que todo lo que
vea, escuche y, por ende, aprenda, será interiorizado o aprehendido, afectando
en la personalidad de este joven, lastimosamente trayendo consecuencias más
adelante, de trastornos de violencia, etc. Si se es un poco más mayor,
posiblemente la educación que recibió en su infancia, por parte de su familia,
maestros y amigos, actúe mas a favor y pueda percibir todos los mensajes que propone la televisión,
de una mejor manera, influyendo de alguna forma en su persona, pero en buen
sentido.
La televisión sí educa, bien o mal, eso depende de
nosotros mismos. Por esto, hay que tener buen conocimiento sobre lo que vemos y
tengamos la capacidad de elegir que observamos, no simplemente marcar rating por marcarlo. Hay más opciones de
programas, documentales, películas, novelas y series en otros canales
institucionales, o si prefiere privados, que también tienen buena parrilla de
programación. Insisto en que debemos ser televidentes críticos en lo que vemos
y en lo que se está sumergiendo en nuestra cabeza. No caigamos en las trampas
de los canales que nos lavan la cabeza muy seguido sin que nos demos cuenta. La
verdad yo prefiero algo diferente, yo prefiero educarme y entretenerme de una
mejor manera.
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